Saturday, May 30, 2015
Thursday, May 28, 2015
Tuesday, May 26, 2015
Sunday, May 24, 2015
Friday, May 22, 2015
Wednesday, May 20, 2015
Monday, May 18, 2015
Friday, May 15, 2015
Wednesday, May 13, 2015
Monday, May 11, 2015
Un sueño hecho realidad, o una pesadilla?
Hacía
tiempo que no nos veíamos en persona, específicamente desde que
Raquel dejo de trabajar para el proyecto que yo por aquel entonces
gestionaba. Durante estos últimos años todos los que por aquel
entonces formaban el equipo de trabajo habíamos mantenido un cierto
contacto vía Facebook, mail, etc...
Y
ahí estábamos sentados en la terraza del bar tomando una cerveza y
recordando viejos tiempos. El tema de mi interés por el bdsm también
salió a colación siempre de manera natural. Ella era una de las
pocas personas (fuera del bdsm) a las que confíe mi “secreto”.
Ella
estaba todavía mas guapa y atractiva de lo que yo recordaba. Siempre
había sido una de esas mujeres de las que impresionan, de las que
tienen ese andar rápido, fuerte y altivo potenciado por unos ojos
negros y profundos que desnudaban tu alma a su antojo. Y que decir de
su cuerpo, ella siempre se había cuidado y se mantenía en forma,
pero manteniendo una figura femenina de película. Unos pechos
firmes, redondos y grandes que no pasaban desapercibidos debido a los
tops que solía vestir. Ese día además llevaba un pantalón tipo
legging de cuero negro que traslucía sus tornuosas piernas y ese
culo que sobresalía lo suficiente haciendo que no pudieras evitar
mirarlo si por casualidad ella se situaba de espaldas a ti.
En
un momento determinado, dejamos el bar y nos fuimos a tomar café a
su casa para de paso enseñarme el piso nuevo que se había comprado
hace poco. Parecía que las cosas le iban bastante bien puesto que
había conseguido un trabajo bien remunerado. Pero claro, el trabajo
también conllevaba muchas responsabilidades, por lo que incluso
siendo ese día festivo, Raquel me comento que se tenía que poner a
trabajar después del café.
-
Perdona que la casa este un poco desordenada, pero es que apenas
tengo tiempo para hacer las cosas de la casa – me decía
mientras fregaba algunas tazas del atestado lavadero para poder
servir el café.
-
Mira, yo no tengo nada que hacer en toda la tarde, si quieres
puedo fregar los platos mientras tu trabajas – me ofrecí -.
- Si
claro, te invito a mi casa y te pongo a fregar los platos...-
-
De verdad que no importa -.
-
No me lo repitas más no vaya a ser que te diga que sí -.
Y
entonces le quite las tazas de la manos, y le dije que se fuera a
trabajar que yo me encargaba de ello. Dado que de verdad ella tenía
mucho trabajo que hacer, acepto mi propuesta y se fue a trabajar
mientras yo seguía fregando los platos.
Cuando
el café estuvo listo serví una taza para ella y se lo lleve a la
habitación que usaba como oficina, ni siquiera me dio las gracias
por ello. Y yo volví a la cocina para terminar mi trabajo, fregé
los platos, la encimera, barrí el suelo, le limpie el frigorífico
por dentro...
Una
vez que hube terminado con la cocina, me acerque de nuevo a su
oficina. Ella estaba en ese momento hablando por teléfono con una
amiga y no precisamente de trabajo. Sin decir nada para no
molestarla, con gestos le indique si quería mas café. Ella movió
la cabeza afirmativamente y yo me aleje a la cocina para servirle
otra taza. Cuando volví a la oficina me hizo un gesto para que me
esperara...
Estuve
esperando ahí de pie hasta que ella termino de hablar con su amiga.
-
Bueno...te tengo que dejar que tengo visita...Besos – se
despidió finalmente -
Entonces
le hice un resumen de todo lo que había hecho.
-
Mira que bien...muchas gracias...
- No
hay de que, siempre es un placer. Ya sabes que yo haría lo que fuera
por ti -.
Nada
mas terminar la frase me di cuenta de la estupidez que había dicho.
Estaba totalmente fuera de lugar, pese a que fuera totalmente cierta
y lo único que hizo fue provocar un silencio incómodo. Por suerte
ella rompió el silencio contándome algo de su amiga y de la
conversación que habían tenido.
-
Uff... te vas a tener que ir...porque aún tengo mucho trabajo que
hacer y quiero también limpiar la casa, al menos el cuarto de baño
– me dijo a modo de despedida -.
Sin
que me diera cuenta, otra frase inadecuada salió de mi boca:
- Si
quieres puedo limpiar el cuarto de baño... -
- No
se, sería abusar mucho de ti no? …. - la mera mención de la
palabra abuso por su parte hizo que empezara a excitarme – aunque
es algo a lo que estas acostumbrado...
Esa
última parte me cogió totalmente de sorpresa, pero no pensaba dejar
escapar la oportunidad de servir a Raquel y hacer realidad algo que
siempre había rondado por mi cabeza.
- No
te preocupes, tu sigue con lo tuyo y salí de la oficina sin dejarle
tiempo a replicar -.
A
pesar de que el cuarto de baño no era muy grande, pase la siguiente
hora limpiándolo a fondo. Quería hacer un buen trabajo y me esmere
en limpiar cada milímetro del mismo, incluso baje un momento a la
calle para comprar algo de ambientador.
Cuando
termine con la tarea impuesta (por mí mismo en cierta manera) ella
ya había terminado con su trabajo y estaba en la cocina tomándose
un café.
-
Mira...esto es un poco raro para mí... - empezó a decirme
sin ofrecerme ni siquiera sentarme -.
- La
verdad es que me ha gustado el hecho de no tener que preocuparme por
limpiar la casa... de hecho me ha encantado. Y si te soy sincera es
algo a lo que le he dado vueltas alguna que otra vez incluso antes de
que me contarás tu interés por la sumisión.
-
Pero sinceramente eso de tener un tío aquí en mi casa..., cuando
estoy en casa me gusta estar cómoda...
Se
había abierto una puerta para mí que no pensaba desaprovechar. Así
que trate de mantener la conversación centrada en posibles
soluciones a sus reservas. A Raquel le gustaba estar en casa en ropa
interior y el hecho de tener a un hombre limpiando en casa no la
incomodaba, pero si el hecho de que ese tío se masturbara pensando
en ella.
Y
entonces le propuse algo de lo que con el tiempo me arrepentiría. Le
propuse (mas bien le rogué) que me permitiera hacer las tareas de la
casa para ella, cuando, como y de la forma que ella quisiera. Le
ofrecí ponerme el cinturón de castidad que tenía en casa y darle a
ella las llaves, de forma que no podría masturbarme por muy
excitante y atractiva que fuera para mi la visión de Raquel en
lencería.
Tardó
menos tiempo en aceptar la propuesta de lo que había esperado.
-
Te tengo que advertir una cosa, ya sabes lo exigente que soy, si no
haces un buen trabajo no voy a dudar en castigarte de la forma en la
que yo crea oportuna. Y puede ser que pase mucho tiempo hasta que te
permite masturbarte...
-
Raquel, me esforzaré al máximo para hacer que tu vida sea lo mas
placentera posible – fue mi respuesta -.
Y
sin mas tiempo que perder, ambos nos fuimos a mi casa, parando en el
camino en una ferretería para comprar un candado.
- No
me malinterpretes, pero en tema de sexo no me fío de los tíos, por
eso prefiero usar un candado para el cual se que no tienes llave
– fue su explicación.
Cuando
llegamos a mi casa, Raquel me ordenó desnudarme y ponerme el
cinturón de castidad. En primera instancia no fue posible.
- Si
ya tienes esa erección y ni siquiera me has visto en ropa interior,
auguro que vas pasar un mal rato cuando estés en casa
fregando, planchando, … mientras yo estoy tumbada en el sofá
disfrutando de una película con solo mi lencería... Anda trae hielo
para poder bajar eso...
Después
de unos minutos y cuando finalmente la erección bajo, pude ponerme
el cinturón de castidad y cerrarlo con el candado que habíamos
comprado. Por un momento, las dos llaves del candado estaban en la
palma de mi mano, mi último momento de libertad. Mi mente era un
torbellino de pensamientos. Y si me equivoco? Raquel siempre ha sido
una mujer muy dominante y autoritaria, pero sobre todo muy exigente.
Y si no hago un buen trabajo?
-
Ahora, pon una de las llaves en la cadena que tengo aquí en mi
cuello – me dijo haciendo que
volviera a la realidad -
Mis
manos me temblaban mientras trataba de enganchar la llave en su
cadena, con su escote tan cerca, mis manos casi rozando sus pechos.
Ella mientras, sonreía con suficiencia.
- Y
la otra llave en el bolsillo de atrás de mi pantalón – mis
dudas ante como hacer eso debían de resultar tremendamente
patéticas.
No me atrevía a mirar a la cara de Raquel, no me atrevía a hacerlo
por el simple de hecho de que el
tener que tocar su perfecto
y torneado culo era algo que
sentía muy lejos de mi alcance.
-
Venga... que no tenemos todo el día.... - me gritó Raquel -.
Y
entonces yo me arrodille y tratando de evitar el máximo contacto
posible con su culo, cosa prácticamente imposible porque lleva un
pantalón totalmente ajustado a su cuerpo, logré meter la segunda y
última llave en su pantalón.
-
Perfecto... ya te llamaré cuando te necesite –
Y
así se dio la vuelta y salió por la puerta de mi casa, dejándome
de rodillas desnudo con un cinturón de castidad puesto, y con una
tremenda erección, al menos todo lo que el cinturón permitía. La
imagen de su figura andando hacia la puerta con la llave marcándose
en el bolsillo de su culo y el recuerdo de sus pechos mientras ponía
la llave en su cadena al cuello me acompaño los siguientes días.
Eternos días....
Continuará
Saturday, May 9, 2015
Friday, May 8, 2015
Thursday, May 7, 2015
Wednesday, May 6, 2015
Monday, May 4, 2015
Saturday, May 2, 2015
Subscribe to:
Posts (Atom)